Lisanna...

Como hace mucho que no subía ningún texto aquí, subo este fan fic que escribí de Fairy Tail (de Natsu y Lisanna). ¡A disfrutarlo! :P


Algo subió por su espalda, un estremecimiento frío y desagradable que llegó muy dentro de él. No podía abrir la boca, ni hablar, ni sentir nada. Todo él era un torbellino de emociones desgarradoras, de recuerdos que le quemaban como nada podía hacerlo.
"Cuando seamos mayores...¿te casarás conmigo?"
"Me gustaría que este momento durara para siempre... soy tan feliz..."
Ella le devolvió la mirada, con los ojos llenos de lágrimas. En su expresión había una mezcla de dolor y alivio.
¿Cómo podían esos ojos azules hacerle tanto daño?

Su interior se rompía. Él nunca solía mostrar sus inseguridades, pero esto...No podía soportarlo. No podía crear un escudo. No podía huir dentro de la fachada que había formado de él mismo.
Sintió que sus ojos también se llenaban de lágrimas.
-Lisanna...-murmuró al fin, y se dio cuenta de que, por una vez en mucho tiempo, su voz había sonado rota.
Estaba roto.
Ella sonrió, esa mueca que tanto había echado de menos. La recordó en el nacimiento de Happy, llena de alegría y con la misma expresión, aún con la diferencia de edad.
"Es...como un gato de la felicidad...llena el aire de alegría... "
Rememoró lo que él había pensado en esos momentos.
"Felicidad... Entonces le llamaremos Happy".
Todavía notaba las patitas del gato azul cuando se posó en su cabeza con suavidad, gracias a las pequeñas alas que surgieron en su espalda. Sentía la voz del animal en los oídos cuando gritó "¡Aye!"
Y luego recordó la misma voz, años más tarde, que le intentaba sacar la verdad.
"¿Por qué le has hecho una tumba a Lisanna aquí cuando ya tiene una en la iglesia, Natsu?" Le preguntó su compañero mientras él contemplaba la lápida, colocada en ese precioso lugar que tantos momentos había vislumbrado de ellos dos.
No habría ningún otro recuerdo más.
Se terminó.
El viento sacudía la bufanda del joven.
"Porque ella no querría estar allí. Además, sabes que a ella le encantaba este sitio, y amaba esta puesta de sol".
Volvió a la realidad. Lisanna avanzó varios pasos, llorando y con la sonrisa todavía tallada en su piel blanca.
Corrió hacia él. Su ropa se sacudió, a causa de la lluvia que caía y del propio movimiento de la muchacha, que era acelerado y desesperante.
Cayó encima de él. Lo empujó. Ambos llegaron al suelo, golpeándose pero sin ser apenas conscientes de ello.
Natsu la miraba. No podía dejar de mirarla. Era como si, de repente, todos sus sueños hubieran formado una silueta sólida frente a él.
-Lisanna... -volvió a susurrar. Sintió que estaba a punto de llorar otra vez. Dejó que las lágrimas formaran parte de su piel; al fin y al cabo, ése era un momento por el que valía la pena llorar.
Era la misma que hace años, aunque su pelo fuera más largo y llevara puesta otra ropa; a pesar de su altura, ni del nuevo dolor que parecían albergar ahora sus ojos. Seguía siendo ella, en el fondo. Todavía olía igual, su sonrisa continuaba llegándole al alma, aún existía esa fuerza indestructible y esa ilusión que había motivado a Natsu a luchar sin pausa siempre. Por lo que le había enseñado esa pequeña niña que ahora era una mujer era quien era ahora. Le debía tanto...por ella se había humillado, por ella había sufrido lo que nadie.
Su corazón se llenó de un fuego más abrasador que el que él expulsaba.
-Por fin...al fin puedo verte de nuevo...Natsu, por fin volví... -dijo ella en un murmullo bajo. Sus ojos brillaban por las lágrimas que ella también dejaba ir; demasiado tiempo sufriendo, demasiados años esperando y conteniendo. No había razón para no dejar ir eso ahora.
Por fin la encontró.
Él sólo pudo contemplarla, ensimismado en ella. ¿Cómo podía ser posible? ¿Cómo era que Lisanna estaba viva?
Se hizo miles de preguntas, en un intento por aclarar lo que tenía en la cabeza, pero no sirvió de nada.
No pensó. No dijo nada. Sólo se convenció de que ella estaba ahí al fin.
Y cuando lo hizo, cuando al fin dejó de sentir terror, se sintió más vivo que nunca.